viernes, 26 de agosto de 2011

La Historia de mi Vida (Parte 1)

-¡Lo hemos echo de pena!-exclamo Cristina- ¡No puedo creer que falláramos ahí! ¡Lo teníamos controlado!

-Tranquilízate, Cris- la calmo Juan, con un tacto que ninguno de los demas hubiesemos conseguido- ahora lo mejor es centrarnos en lo que nos hemos equivocado e intentar remediarlo. Ya no valen lloriqueos. En realidad, nunca valieron.

Cris, algo más calmada, se sentó en su butaca con un mohín en la cara. Llevábamos solamente tres meses ensayando, pero ella se había encaprichado con tocar en ese mini-festival, a pesar de que no estabamos preparados. Y claro, la cosa no salió muy bien. Lo raro habría sido que no hubiera sido así. Sin embargo, Cristina lo veía de otro modo.

-Bueno-suspiró Juan- ahora vamos a repasar las canciones que no nos han salido del todo bien, y las repetiremos hasta que estén perfectas. Vamos a apuntar las canciones aquí- dijo, cojiendo papel y lápiz.

-Tío, terminaríamos antes si pusieramos las que nos han salido bien- se quejó Alex, el batería. Alex siempre se quejaba; no era raro oírle murmurar mientras tocábamos, y ya nadie le hacía caso. Aun así, a veces decía cosas que tenían sentido, y esta era una de ellas.

-Yo estoy de acuerdo-dije- tardaríamos la mitad. Siendo sinceros, no estábamos preparados para dar un concierto tan pronto. Ninguno estabamos cómodos, eso se notaba.

-¡Cállate!-me chilló Cristina en toda la cara, tan de repente que no pude evitar que me rociara con la baba que se le escapó al hablar- ¡tú no tienes ni idea! ¡Estábamos totalmente preparados, solo que tú no has hecho más que fallar!

 Yo me considero una chica bastante tranquila, pero tambien sé que tengo un caracter de locos, y cuando estalla, ni a mi misma me gusta estar cerca. Y explotó.

-¡Que me callé!-le grité, veinte decibelios más alto que ella, por lo menos- ¡Que no tengo ni idea! ¿Como te atreves a decirme eso a mi? ¡Yo te enseñé a tocar la guitarra! ¡Solo porque tus ricos papis pongan el dinero no significa que tú tengas que mangonearnos cada vez que te salga de las narices! ¿Me oyes? ¡Y no pienso aguantar más! ¡Ahí te quedas!- le escupí, mientras recogía mis pocas cosas y me marchaba del local, , furiosa.

 Y ahí fue cuando dejé el grupo, y comenzó lo realmente divertido.

 Continuara... ¿O no?

No hay comentarios:

Publicar un comentario